Las Queijadas da Graciosa son un dulce emblemático de la isla, con una rica historia y una receta tradicional que pasa de generación en generación. Hechas a base de leche fresca, huevos y azúcar, estas pequeñas tartas tienen una textura suave y un sabor delicado, siendo elaboradas de forma artesanal. Representan la repostería conventual y la abundancia de productos lácteos en la isla, siendo un símbolo de su identidad gastronómica.