Vila Flor, situada en el noreste de Trás-os-Montes, es un municipio que invita al descubrimiento de la autenticidad y la tranquilidad de una región rica en historia y paisajes naturales. Su ubicación geográfica, en pleno altiplano, le confiere una atmósfera distinta, marcada por un patrimonio edificado que testimonia siglos de ocupación y desarrollo.
Su nombre, presuntamente asociado a la belleza de sus jardines o a la abundancia de flores en la región, refleja la serenidad que se encuentra al explorar sus calles y rincones. Vestigios de la presencia romana y su importancia estratégica en la Edad Media moldearon la identidad de Vila Flor, con elementos históricos visibles en su centro.
Entre los puntos de interés que caracterizan al municipio, destaca su Rollo, un símbolo de su antigua autonomía municipal, y la imponente Iglesia Matriz de San Bartolomé, un ejemplar notable de la arquitectura religiosa local. Pasear por sus arterias permite observar palacios blasonados y casas tradicionales que cuentan historias de antaño.
Más allá del patrimonio construido, el paisaje circundante de Vila Flor está marcado por la belleza de sus campos. Los extensos olivares, los viñedos que producen vinos de calidad y los almendros, que en primavera se visten de flores, crean escenarios de rara belleza y reflejan la profunda conexión del municipio con la tierra y sus productos agrícolas tradicionales. Vila Flor ofrece una experiencia genuina de Trás-os-Montes, donde la historia y la naturaleza se entrelazan.
Sabores auténticos que cuentan la historia de nuestra tierra