Situado en el corazón de la región de Beira Baixa, en el distrito de Castelo Branco, el municipio de Penamacor es un territorio que invita al descubrimiento de su autenticidad. Caracterizado por un paisaje predominantemente rural y montañoso, este municipio ofrece una experiencia serena y profunda, donde la historia y la naturaleza se entrelazan armoniosamente.
Su fundación se remonta a tiempos medievales, siendo el imponente Castillo de Penamacor un testimonio visible de ese pasado. Antiguamente una plaza fuerte de defensa fronteriza, la villa mantiene su trazado antiguo, con calles y edificios que cuentan siglos de historia, invitando a un recorrido tranquilo por sus rincones históricos. Su arquitectura tradicional refleja la vida y las tradiciones de generaciones.
Rodeado por una naturaleza exuberante, Penamacor se beneficia de la proximidad a la Sierra de Malcata, un área de gran valor ecológico y paisajístico. Sus campos frondosos, salpicados de olivos, alcornoques y pinares, invitan a momentos de quietud y contemplación, revelando la genuina belleza del interior de Portugal. Es un lugar donde el ritmo de la vida lo marcan la naturaleza y las estaciones, preservando un estilo de vida rural y tradiciones seculares.
Penamacor representa un contacto genuino con la identidad beirã, ofreciendo una perspectiva auténtica sobre la cultura y el patrimonio del interior del país.
Sabores auténticos que cuentan la historia de nuestra tierra
Los Maranhos son un plato emblemático de la Beira Baixa, con fuerte presencia en Penamacor. Tradicionalmente confecionados con las entrañas del cordero o cabrito, rellenas con arroz, carnes diversas (como cerdo o pollo, aunque el cordero es el más típico), jamón, menta y otros condimentos. Cocinados a fuego lento, son un ejemplo notable de la cocina de aprovechamiento y de la conexión de la región con la ganadería.
El cabrito, uno de los ex-libris de la gastronomía de la Beira Baixa, se prepara en Penamacor con gran maestría. Ya sea estofado, con una salsa rica y aromática, o asado lentamente en el horno de leña, a menudo acompañado de patatas asadas, el plato destaca la calidad de la carne de cabrito de la región, que se beneficia de una alimentación natural en los pastos locales. Es un plato robusto y sabroso, ideal para compartir.
Un plato de embutido tradicional, el Bucho Recheado consiste en el estómago del cerdo relleno con una mezcla de carnes picadas, como carne de cerdo, embutidos (chorizo, morcilla), y condimentos variados, incluyendo comino. Este embutido se cocina lentamente, resultando en un sabor intenso y una textura rica. Es un testimonio de la tradición de la matanza del cerdo y del aprovechamiento integral de sus productos en el medio rural.
La Tigelada es un postre tradicional y muy apreciado en Penamacor y en la Beira Baixa. Es un dulce sencillo, pero reconfortante, hecho con huevos, azúcar, harina y leche, cocido en un horno de leña en cuencos de barro, que le confieren un sabor y una costra caramelizada únicos. Su confección es un legado de las antiguas prácticas culinarias, utilizando ingredientes básicos y resultando en un sabor auténtico e inolvidable.
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