San Vicente, situado en la costa norte de la Isla de Madeira, ofrece a los visitantes un escenario de rara belleza natural. Este municipio se caracteriza por sus valles profundos y su paisaje verde, modelado por el exuberante Bosque de Laurisilva, un Patrimonio Mundial de la UNESCO.
Sus laderas, que descienden hacia el Atlántico, revelan impresionantes formaciones rocosas y una densa vegetación, donde la naturaleza se presenta en todo su esplendor. La orografía del terreno, de origen volcánico, contribuye a la singularidad de sus paisajes, que invitan a la contemplación y al contacto directo con el entorno natural.
Recorrer San Vicente es descubrir una parte de Madeira donde la tradición y la tranquilidad se unen, proporcionando una experiencia inmersiva en la autenticidad de la vida insular.
Sabores auténticos que cuentan la historia de nuestra tierra
Uno de los platos más emblemáticos de Madeira, la espetada se elabora tradicionalmente con cubos de carne de vacuno tierna, sazonada solo con sal y ajo, ensartada en un palo de laurel. Asada a la brasa, el uso del palo de laurel le confiere un aroma y sabor característicos, conectando el plato con la riqueza natural de la isla.
Un pan tradicional de Madeira, de forma aplanada y redonda, elaborado con harina de trigo, batata y levadura. Cocido en una piedra de basalto caliente (el "caco"), se sirve caliente y habitualmente untado con mantequilla de ajo y hierbas. Es un acompañamiento versátil, presente en casi todas las comidas madeirenses.
Un plato que combina la delicadeza del pez sable negro, capturado en las profundas aguas que rodean la isla, con la dulzura y la tropicalidad del plátano, un fruto cultivado localmente. El pescado se suele empanar y freír, creando un contraste de texturas y sabores que refleja la fusión de los productos del mar y de la tierra madeirense.
Un acompañamiento tradicional, hecho a base de harina de maíz, cocida y solidificada, cortada en cubos y luego frita hasta que esté dorada y crujiente. El milho frito es un legado de la agricultura local, siendo un acompañamiento robusto y sabroso que complementa a la perfección platos de carne, como la espetada.
Una sopa reconfortante y muy tradicional, sencilla en sus ingredientes pero rica en sabor. Preparada con tomates maduros y cebollas, a menudo se sirve con un huevo escalfado y pan casero, siendo un ejemplo de la cocina rural y auténtica de la isla, utilizando productos frescos de la huerta.
