Situado en el corazón del Alto Alentejo, el municipio de Nisa revela un paisaje donde la llanura alentejana se encuentra con las primeras elevaciones que anuncian la Sierra de São Mamede. Este territorio, de gran riqueza histórica y natural, está moldeado por un pasado que se remonta a la ocupación romana, cuyos vestigios aún salpican la región, y por una marcada presencia medieval.
La villa de Nisa, sede del municipio, se alza en elevación, dominada por las ruinas de su castillo medieval, un testimonio de su importancia estratégica a lo largo de los siglos. Las murallas y la torre del homenaje, aunque parcialmente en ruinas, cuentan la historia de una localidad que fue punto de defensa y paso crucial en su contexto geográfico.
Además de su herencia fortificada, Nisa es reconocida por la tradición de la alfarería de barro, un arte que se mantiene vivo y que produce piezas distintivas, frecuentemente decoradas con pequeñas piedras de cuarzo incrustadas. Esta técnica artesanal refleja la profunda conexión de la comunidad con los recursos naturales y el saber hacer transmitido entre generaciones.
El entorno natural alrededor de Nisa es igualmente atractivo, con un paisaje diversificado de dehesas y áreas ribereñas, moldeado por la proximidad del río Tajo y por la influencia de la orografía de la Sierra de São Mamede. La presencia de aguas termales es una característica geológica notable del municipio, subrayando la riqueza hidrogeológica del lugar. Este conjunto de elementos contribuye a una experiencia de inmersión en un Alentejo con características únicas, donde la historia y la naturaleza se entrelazan.
Sabores auténticos que cuentan la historia de nuestra tierra