Un municipio de profunda herencia histórica, Alcácer do Sal se localiza en el distrito de Setúbal, extendiéndose por las orillas del río Sado. Su historia se remonta a milenios, siendo uno de los más antiguos aglomerados poblacionales de Europa, moldeado por la presencia de diversas civilizaciones, desde fenicios a romanos y árabes. Esta riqueza histórica imprime en el municipio una atmósfera de antaño, donde se percibe el peso del tiempo y de las diferentes culturas.
El paisaje envolvente de Alcácer do Sal está marcado por los vastos campos de arroz y por los alcornoques, que dibujan el horizonte y reflejan la conexión del territorio con la agricultura y la producción de corcho. La proximidad con el Estuario del Sado, un área de gran valor natural, contribuye a una diversidad de ecosistemas y paisajes fluviales, donde se puede observar una fauna y flora singulares.
El municipio ofrece una experiencia de tranquilidad, donde la cadencia de la vida es más pausada, permitiendo una inmersión en la cultura alentejana y en la belleza natural de la región ribereña, que invita a la observación y al descanso.
Sabores auténticos que cuentan la historia de nuestra tierra
Plato tradicional que utiliza las navajas, un molusco bivalvo abundante en el estuario del Sado. Cocinado generalmente con arroz caldoso, es un plato de sabor intenso y característico de la costa alentejana y de las zonas de estuario, reflejando la riqueza de los recursos marinos y fluviales de la región.
Un plato que evidencia la conexión del municipio con el río Sado y su fauna. Las anguilas se guisan en un caldo rico, a menudo con pan frito o tostado en la base, resultando en una comida robusta y reconfortante, con sabores profundamente arraigados en la cocina ribereña.
Un clásico de la cocina alentejana, esta sopa se prepara con cazón (un tipo de tiburón pequeño) y pan, cocinados en un caldo sazonado con cilantro y ajo. Es un plato de sabor y aroma marcantes, que refleja la simplicidad y el paladar auténtico de la gastronomía del Alentejo, ligada a los ingredientes de la tierra y del mar cercano.
Plato emblemático de la gastronomía alentejana, las migas se elaboran a base de pan (tradicionalmente pan duro), ajo y aceite de oliva, pudiendo complementarse con carne de cerdo (costillas, panceta) u otros acompañamientos. Representan la creatividad en la utilización de los recursos locales y la tradición de una alimentación sustancial y sabrosa, profundamente arraigada en la cultura rural del municipio.
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