Melgaço, situado en el extremo norte de Portugal, en el corazón del Alto Minho, es un municipio que invita a descubrir una singular belleza natural y una profunda conexión con su historia y cultura.
El paisaje está dominado por la imponente presencia de montañas y por el serpenteante valle del río Miño, que marca la frontera con la vecina España. Parte del territorio de Melgaço se integra en el Parque Nacional Peneda-Gerês, un lugar de naturaleza salvaje y preservada, donde la diversidad de flora y fauna es notable. Este entorno montañoso ofrece una atmósfera de serenidad y un contacto genuino con el medio natural.
El municipio de Melgaço posee una rica herencia histórica, visible en sus tradiciones seculares y en los vestigios de un pasado ancestral que ha moldeado la identidad local. La vida aquí está marcada por un ritmo que honra las costumbres y la autenticidad de la gente del Minho.
La viticultura es una actividad de gran relevancia, siendo Melgaço reconocido como cuna de una de las castas portuguesas más prestigiosas: la casta Alvarinho. Los viñedos, que cubren las laderas del valle, son un testimonio de la conexión intrínseca de la comunidad con la tierra y su terroir único, produciendo un vino que es embajador de la región.
Además de su belleza paisajística y legado cultural, Melgaço también se beneficia de la presencia de valiosas aguas termales, un recurso natural que subraya la riqueza y diversidad de su patrimonio.
Sabores auténticos que cuentan la historia de nuestra tierra