Tarouca, situado en el corazón del distrito de Viseu, es un municipio que invita al descubrimiento de un rico patrimonio histórico y de paisajes naturales singulares. Este territorio se distingue por su fuerte vínculo con la historia cisterciense, un legado que ha moldeado profundamente su identidad y que se manifiesta de forma notable.
Uno de sus hitos más emblemáticos es el Monasterio de São João de Tarouca, fundado en el siglo XII. Este notable monumento es considerado uno de los primeros monasterios cistercienses de Portugal y un grandioso testimonio de la arquitectura monástica medieval. Su imponencia y la serenidad del lugar invitan a la contemplación del pasado y a la comprensión de la influencia monástica en la región.
Además de su patrimonio monástico, Tarouca se inserta en la Ruta del Románico, presentando diversas iglesias y puentes que ejemplifican la belleza y la sencillez del arte románico. El paisaje circundante está marcado por la presencia de viñedos, que se extienden por las laderas, y por la abundancia de huertos de manzanos, símbolos de su vocación agrícola y de la riqueza de su suelo.
El municipio es también reconocido por su producción vitivinícola, en particular por el Vino Espumoso de la Región Demarcada Távora-Varosa. Esta bebida, de calidad distintiva, refleja el clima y el suelo característicos de la región, siendo un elemento esencial en la cultura y la identidad local.
Sabores auténticos que cuentan la historia de nuestra tierra